El regalo de Melchor

Hoy mi amiga A. me ha hecho dos grandes regalos: me ha llamado "amiga" y me ha contado un hermoso cuento. Voy a intentar relatároslo lo más fielmente posible porque me ha gustado muchísimo:
-¿Sabes lo que me ha pasado antes de llegar aquí? -ha empezado contándome. 
Las dos estabamos sentadas en un restaurante y yo acababa de llegar.
-No te lo vas a creer -continuó-. Me ha parado un señor muy alto, con el pelo y una gran barba blancos. Me ha cogido del brazo y me ha dicho "¿Has quedado con Olga?". Imagínate cómo me he quedado, paralizada. Y luego me ha preguntado: "¿Crees que ha sido buena este año?". "Sí, supongo", le he respondido.
Yo en ese momento estaba muda escuchándola. Me imaginaba a ese hombre anciano con un rostro bondadoso, delgado, con un aire parecido a Jose Luis Sampedro. Y estaba pensando: ¿sería un adivino, alguien capaz de ver el futuro...?
Ella prosiguió hablando:
-Lo mejor de todo es que, y luego, sin esperármelo, ha metido la mano en un gran saco que llevaba y me ha dado esto para tí.
Entonces A. puso sobre la mesa del restaurante un Kalanchoe, que es esta preciosa planta que os muestro en la foto.