Entre huertos y frutales
corría el abuelo.
Corría para salvarse de los palos,
para ser libre,
para jugar
hasta quedar sin aliento.
Trabajaba.
En aquellos tiempos
en los que toda ayuda era poca.
En aquellos tiempos
en los que no sobraba nada,
se lavaba en el río helado en invierno,
no había radio,
ni ducha,
ni teléfono.
Y, luego, veloz,
corría.
Huía a su mundo de juegos
en el que todo valía
hasta chinchar al pequeño.
corría el abuelo.
Corría para salvarse de los palos,
para ser libre,
para jugar
hasta quedar sin aliento.
Trabajaba.
En aquellos tiempos
en los que toda ayuda era poca.
En aquellos tiempos
en los que no sobraba nada,
se lavaba en el río helado en invierno,
no había radio,
ni ducha,
ni teléfono.
Y, luego, veloz,
corría.
Huía a su mundo de juegos
en el que todo valía
hasta chinchar al pequeño.